Para bajar de peso a veces es suficiente sólo dejar en el
pasado algunos hábitos básicos sustituyéndolos por nuevos.
Verduras congeladas en lugar de enlatadas
Verduras congeladas en lugar de enlatadas
Para conservar las verduras
en lata, suelen agregarles azúcar y conservantes innecesarios, lo cual hace que
las verduras pierdan la mayor parte de sus vitaminas. Las verduras congeladas,
al contrario, mantienen sus propiedades saludables y no tienen suplementos
excesivos.
Frutas
secas y nueces en lugar de pastelillos
Al sustituir los pastelillos
y los dulces por frutas secas o nueces puedes bajar de peso sin dejar de comer
dulce. Por supuesto, no estamos diciendo que debes comer toneladas de frutas
secas. Recuerda que todo debe hacerse con medida.
Dile
no al elevador
Si dejas de usar el
elevador, dentro de un mes podrás notar los primeros resultados: la balanza
empezará a mostrar un número más bajo y tus piernas y glúteos obtendrán una
forma tonificada.
«No»
a la crema grasosa
No es muy difícil sustituir
la mayonesa y la crema con alto contenido de grasa por un yogurt natural o
griego. Como resultado, verás cómo bajas un par de kilos en unos meses.
Elige
café negro
Al sustituir el capuchino
acostumbrado por café negro, dejarás de consumir cien calorías innecesarias al
día.
Reuniones
en el gimnasio
Cuando no tienes tiempo para
entrenarte, puedes acudir a un pequeño truco: haz tus reuniones laborales o de
amigos en la cafetería al lado de un gimnasio. Así tendrás la oportunidad de
entrenarte media hora después de la reunión. O también puedes ofrecerles a tus
amigos/compañeros hacer ejercicio juntos y hablar sobre todos los asuntos
mientras estás en la caminadora.
Comer
antes de ir a un restaurante
Una cena estándar en
restaurante contiene al menos 1000 calorías. Si antes de ir a cenar te comes un
plato de caldo poco grasoso o una ensalada de verduras con un aderezo ligero,
tu cena se reducirá un 20-30%. Lo cual significa que no te comerás toda la
pizza sino solo algunas rebanadas. Este secreto te permitirá no subir 5-7 kilos
al año.
Aromaterapia
al rescate
Desde hace tiempo está
comprobado que los aromas influyen en el apetito. Por ejemplo, el aroma a
plátanos, peras y manzanas es capaz de reducir el apetito y librarte del deseo
de comer dulce. Por eso si se te antoja comerte una galleta extra, sustitúyela
por una pera o inhala el aroma de tu crema para manos con olor a manzana.
Caldo
ligero en lugar de plato fuerte
Un par de kilitos de más
desaparecerán fácilmente si optas por un caldo de verduras o de carne poco
grasosa en lugar de comerte un plato fuerte. Los caldos te nutren mejor pero
tienen menos calorías.