Aunque nos pueda parecer que resalta nuestra figura o
resultarnos más cómoda en ciertas circunstancias, lo cierto es que la ropa
ajustada puede ser el origen de muchos problemas de salud.
Puede ser por moda, porque nos gusta cómo luce en nuestro
cuerpo o porque hemos engordado un poco y las prendas nos quedan ceñidas…
El problema es que llevar la ropa muy ajustada es malo
para nuestra salud y es necesario evitar este mal hábito.
¿Por qué? En este artículo te lo contamos...
Cuando la ropa marca las formas
Unos jeans que nos permite modelar nuestra figura y
sentirnos sensuales, una camiseta que resalta nuestros atributos o una falda al
cuerpo que tanto nos gusta cómo queda…
Hasta aquí todo perfecto, salvo porque la ropa ajustada
puede ser peligrosa para la salud.
Sobre todo si usamos telas “pesadas” (como el jean),
porque perjudica la circulación sanguínea y favorece la aparición de várices.
Y la solución no es usar prendas elásticas, porque
comprimen el cuerpo y no permiten el paso correcto de la sangre.
También hay otros problemas relacionados con la ropa
apretada:
La ropa ajustada no permite el retorno venoso
La ropa ajustada no permite el retorno venoso
En los miembros inferiores esta capacidad del organismo
es vital para, por ejemplo, evitar la hinchazón de los tobillos.
La falta de retorno venoso es peligrosa para nuestra
salud porque, además, nos hace sentir cansados o fatigados. Cuando una prenda
queda muy ajustada a las piernas y a la zona abdominal la sangre tiene que
hacer mucho esfuerzo para “regresar” al corazón.
Favorece la aparición de varices
Son un problema muy habitual en las mujeres. La hormona
progesterona es la causante de la dilatación de las venas por encima de su
apertura natural.
Cuando la ropa está ajustada la circulación de la sangre
es deficiente y esta condición empeora.
Según un estudio, el 31% de la población femenina padece
várices (que se acentúan por consumir pastillas anticonceptivas orales, llevar
pantalones ajustados y estar muchas horas de pie).
Fomenta el desarrollo de la celulitis
Otro de los problemas por excelencia en las mujeres. En
realidad, las prendas ceñidas al cuerpo no causan “piel de naranja” pero sí
favorecen su aparición porque perjudican el paso de la sangre y fomentan el
desarrollo de nódulos de grasa en los muslos.
No permite “respirar”
Tener presión en los pulmones y la tráquea si la ropa
está muy apretada no nos permite respirar bien.
El movimiento solo se produce hasta el tórax y el
intercambio de gases no se lleva a cabo de manera eficiente, se acumula y
acelera la oxidación de las células (lo que deriva en envejecimiento
prematuro).
Como si esto no fuese suficiente, la respiración corta no
oxigena correctamente el cerebro. Ello provoca ansiedad y falta de
concentración.
Por lo tanto, la ropa ajustada no fomenta la relajación
sino todo lo contrario.
Causa dolores de espalda
Podemos pensar que esto no tiene nada que ver, pero basta
con hacer la prueba para darnos cuenta de que una prenda ajustada es una de las
causas de nuestros dolores lumbares o cervicales.
Vestir piezas que restringen los movimientos nos obliga a
sobrecargar ciertos músculos y a que las vértebras hagan más esfuerzo de lo
habitual.
Las caderas comprimidas, a su vez, tienen inconvenientes
para cargar con el peso del cuerpo y ser el soporte habitual. Los brazos y
piernas que no tienen libertad de acción terminan la jornada con sensación de
pesadez, ardor y hormigueos.
Ralentiza la digestión
Cuando los pantalones y los cinturones aprietan demasiado
la zona abdominal y estomacal no permiten que el vientre se expanda mientras
comemos y cuando terminamos de ingerir alimentos.
El estómago se dilata mientras hace la digestión debido a
los ácidos necesarios para este proceso.
Por este motivo la ropa ajustada causa indigestión,
acidez y reflujo. También puede provocar estreñimiento, dolores intestinales e
hinchazón abdominal.
Propicia los hongos vaginales
Llevar la ropa tan cerca del cuerpo aumenta la
temperatura y la humedad. En la zona genital esto propicia la aparición de hongos
y bacterias que provocan mal olor o dolencias como la candidiasis.
En el caso de los hombres tanto la ropa interior como los
pantalones apretados afectan en la calidad y calidad de los espermatozoides,
así como también pueden causar dolor testicular.
Ocasiona problemas dérmicos
La piel sufre mucho también cuando no puede “respirar”.
Por ejemplo, si la prenda que llevamos, además de estar
muy ajustada, fue confeccionada con un material que evita la circulación del
aire, podemos padecer enrojecimiento, picazón e incluso vellos encarnados en
las piernas (ya que el pelo no puede crecer con facilidad).
Aumenta el sudor
Y, como consecuencia, el mal olor, por ejemplo, en las
axilas, pies o zona genital. La ropa de telas como nailon o licra son aún
peores y se convierten en un caldo de cultivo para el desarrollo de todo tipo
de bacterias.