Si bien es posible evitar
determinadas dolencias si llevamos una vida sana y hacemos ejercicio, lo cierto
es que el comportamiento de tu mamá durante el embarazo también será
fundamental.
A tu mamá puedes darle las
gracias por el color de tus ojos, tu afición por cierto tipo de comida y tu
capacidad de organización.
Sin embargo, hay ciertos
rasgos que puedes haber heredado de ella y que no tienen nada que ver con la
genética.
Resulta que, tu salud hoy en
día, se ve influenciada por el comportamiento que tuvo tu madre durante el
embarazo, o incluso antes.
Ella disminuyó o aumentó tus
probabilidades de desarrollar asma
Si tu madre recibió la
exposición suficiente de vitamina D durante su segundo trimestre de embarazo,
las posibilidades de que desarrolles asma se reducen drásticamente.
Investigadores de la
Universidad de Harvard examinaron los datos de nacimiento y la medición de la
luz solar a través de dos estados.
Determinaron que, si un
cierto lugar tenía más sol durante el segundo trimestre de embarazo, las tasas
de asma eran más bajas. Aunque es benéfico tomar el sol durante la mañana, no
se recomienda hacerlo todos los días.
Si estás embarazada y
quieres reducir las posibilidades de tu hijo de desarrollar asma, no te
excedas. Recuerda que demasiado sol aumenta el riesgo de cáncer de piel.
Basta con pasar solo 10
minutos en el sol cada día para aumentar la producción de vitamina D.
Tu mamá influyó en tus
niveles de colesterol
El amor que tiene tu mamá
por los alimentos grasos y el hábito de saltarse los entrenamientos no son las
únicas cosas que contribuyen a los niveles altos de colesterol LDL.
Si una madre tiene niveles
altos de colesterol LDL, incluso antes de quedar embarazadas, sus hijos son
cinco veces más propensos a tener colesterol alto en la edad adulta.
Lo mismo pasa a la inversa.
Si ahora tienes niveles óptimos de colesterol LDL y quedas embarazada, tus
hijos tendrán menos riesgos en el futuro.
Lo científicos creen que
esta exposición a niveles altos de colesterol en el útero puede ocasionar
efectos en la regulación de los niveles de colesterol, incluso décadas después.
La buena noticia es que con una
dieta saludable, actividad física y la reducción de los niveles de estrés
puedes prevenir y reducir los riesgos asociados con las enfermedades del
corazón.
Determina tu posible
necesidad de ir a terapia
Un estudio publicado en la
revista Canadian Journal of Psychiatry encontró que un mayor índice de masa
corporal en los años previos al embarazo de una mujer, así como ganar un exceso
de peso durante la maternidad, están vinculados a un aumento de las emociones
alteradas.
Dos ejemplos claros de estos
estados emocionales son el miedo y la tristeza.
Otro estudio publicado en la
revista Frontiers in Neuroscience vincula la obesidad materna a la
esquizofrenia.
Los investigadores
encontraron un aumento del 24% en el riesgo de la esquizofrenia por cada unidad
de incremento del índice de masa corporal (IMC) durante el embarazo temprano.
Asimismo, se determinó que
la obesidad materna aumenta la exposición del feto a la inflamación y, por lo
tanto, afecta el desarrollo del comportamiento crítico.
Si tienes muchos problemas
en la actualidad quizás se deba a que tu mamá no se cuidó en la dieta.
Mamá define diversos
aspectos emocionales del bebé
El vínculo de tu madre
contigo se inicia en el útero. Es ahí, en una etapa muy temprana, cuando se
empieza a formar tu personalidad y muchos de tus patrones de salud y conducta.
Como futura madre es
importante estar sobre aviso y cuidar tu ánimo.
Desde el primer trimestre,
el líquido amniótico en el que crece el bebé adquiere el “sabor” del estado
anímico de la madre.
Tanto si estás tranquila
como preocupada, alegre o triste, tu bebé se adaptará a ello de forma continua
en su ánimo y en su estructura.
Así, la naturaleza logra que
el bebé esté adaptado al entorno en el que nacerá.
En un ambiente armonioso y
afectuoso, el recién nacido desarrolla una corteza frontal más grande (ahí
reside el raciocinio) en relación al tamaño de la parte de atrás, donde se
activan los reflejos inconscientes.
Esto le ayudará a vivir más
desde el amor y la comprensión, en vez de desde el miedo y la ansiedad. También
estimula su inteligencia.
Cada vez hay más indicios de
que la personalidad empieza a formarse a partir de lo vivido en la etapa
prenatal.
La importancia de llevar una
vida sana antes y durante el embarazo
No es ninguna novedad que la
alimentación de tu mamá influye en tu desarrollo. Por eso se aconseja con mayor
énfasis llevar una dieta saludable si eres mujer y planeas tener hijos.
Si la madre consumió una
dieta pobre, se pueden presentar efectos negativos en la salud del hijo, como
enfermedades coronarias, diabetes e hipertensión.
Debes recordar la
importancia de consumir alimentos sanos, nutritivos y variados. Además, el
ejercicio no debería ser una alternativa, sino parte de tu estilo de vida.
Incluso si ahora no
consideras la idea de tener hijos, lo ideal es que te cuides de igual manera.