En
los últimos años muchas personas han podido comprobar que la cáscara de naranja
no es un desecho para arrojar a la basura.
Esa
piel que en más de una ocasión hemos suberstimado está llena de vitaminas C y
E, dos poderosos antioxidantes que erradican los radicales libres y el daño
oxidativo.
El
ácido cítrico participa en la producción de colágeno y regula el pH natural
para controlar la producción de sebo.
También
contiene calcio, un mineral que al ser aplicado asiste la actividad celular
para mantener la buena calidad de la piel.
Cuenta
con un poder exfoliante y astringente que resulta útil para disminuir las
manchas, el exceso de piel muerta y los comedones de acné.