1.- Levántate siendo
positivo. Suena el despertador y lo único que piensas es en descomponerlo o que
te de otros 5 minutos más. Mejor, despierta agradeciendo que ves de nuevo la
luz del día, levántate rápido y toma esa media que nuestro cuerpo necesita para
despertar y realiza las actividades de tu rutina diaria como ejercitarte,
bañarte, para después pasar a arreglarte y desayunar. El resto de la mañana es
momento de comenzar a interactuar con los demás con una sonrisa y buena
actitud.
2.- Planea. Si eres de esas personas
con mil ocupaciones, te conviene que desde la noche anterior planifiques tus
compromisos del día. Anota en una libreta (que puedes tener al lado de tu cama)
tus prioridades y síguela al pie de la letra para que puedas aprovechar cada
minuto de tu semana.
3.- Olvídate de las prisas.
¿Recuerdan que les decíamos que el desayuno era clave durante el día? Si te
levantas apurada, es muy posible que se te pase hacerlo. Levántate unos minutos
antes para que tu aseo personal no sea un obstáculo y puedas desayunar. Si no
lo haces, tu cuerpo comenzará a pedirte la energía que le hace falta y créeme,
no lo hará de la mejor gana; la falta de nutrientes harán que tu estado de
ánimo decaiga ante cualquier situación.
4.- Alégrate de la rutina
diaria. Recuerda que los pensamientos pueden hacer que nuestro estado de ánimo
varíe y tu salud emocional este equilibrada. Si todo el tiempo nos estamos
quejando, simplemente tendremos jornadas llenas de negatividad
Esfuérzate por cambiarlos y
repite cada día frases positivas como las siguientes: “Gracias porque tengo
trabajo”, “Aún hay muchas cosas que aprender”, “Me encantaría ver tal
película”, “Llamaré a algún amigo que tengo tiempo de no saludar”, “¡Estoy
viva!”
5.- Sé positivo en tu
trabajo. Saluda a los demás y deséales un buen día. Platiquen sobre lo último
que ha acontecido, pónganse de acuerdo en juntas para optimizar tiempos y
procesos, coman juntos. Si te ven siempre con una sonrisa, serás a quien en
algún problema podrán acudir y sentirse confiados, incluso si no lo hay.
6.- Soluciona los problemas.
Al levantarte piensa “Hoy tengo que… para solucionar mi problema”. Así no
tendrás la sensación de que nada sucede y tendrás más posibilidades de que se
solucione. Evita todo lo contrario, no te digas cosas como “De nuevo tengo que
enfrentarme a mi jefa”, etc.
7.- Reconoce las virtudes
que tienes. Es importante que las tengas presentes y que las refuerces cada
día. No dudes las capacidades que tienes para resolver cualquier situación.
Confía en ti, en tu intuición y reconoce que eres una persona muy valiosa.
8.- Despídete de las
personas. En tu trabajo, en tu familia. Sobre todo la salud familiar es muy
importante y la falta de comunicación seguida empeora el estado de ánimo entre
sus miembros. Es una forma de mantener el apoyo que tienes en ellos y te ayudará
su recuerdo en momentos difíciles.