Antes de que sea demasiado tarde podemos detectar los
problemas del hígado a través de las distintas señales que nos envía nuestro
organismo, ya que se reflejan a nivel externo
Todos oímos hablar del hígado de manera constante, ya
que muchos trastornos de salud se
relacionan con este órgano de manera directa o indirecta.
¿Por qué sucede? Porque el hígado es la gran víctima
de la mala alimentación, la contaminación, el estrés, las emociones negativas,
etc.
En este artículo te
ayudamos a saber si tu hígado podría estar sobrecargado a partir de algunas
señales fáciles de detectar.
El
hígado afecta a todo el organismo
El hígado es un órgano vital
relacionado con la circulación de todo el organismo, así como con la depuración
de sustancias tóxicas.
Por este motivo, si no
funciona de manera correcta, nuestro
cuerpo puede sufrir las
consecuencias en diferentes zonas.
En este artículo te
explicamos cómo la función hepática se refleja, por ejemplo, en el rostro, la
boca, la piel o el pelo.
Arrugas
entre las cejas
Desde siempre hemos considerado
que las arrugas son fruto del envejecimiento, y que la genética es la que nos
condiciona a sufrirlas antes o después.
No obstante, las arrugas ponen de manifiesto el funcionamiento de
nuestro organismo y pueden ser muy útiles para prevenir
enfermedades.
Es el caso, por ejemplo, de
las arrugas verticales que aparecen entre las cejas. Estas pueden ser la señal
de que nuestro hígado está sobrecargado. Cuanto más profundas sean, más grave
será la afección.
Manchas
marrones o verdes
Las manchas marrones o
verdes en el rostro no son solamente una cuestión estética o una consecuencia
de la edad o la exposición al sol.
Estas manchas, en especial
si están en el lado derecho o en la zona de las sienes, también indican un mal
funcionamiento del hígado, aunque
también hacen referencia a la vesícula biliar, el páncreas y el bazo.
En cuanto al color del
rostro, si tiende a ser demasiado amarillento también podría hacer referencia a
una función hepática debilitada.
Piel
grasa en la frente
El tipo de piel es otra de
las cuestiones que achacamos a la genética y a la edad. No obstante, una piel
demasiado seca o demasiado grasa podrían estar indicándonos algún desequilibrio
interno.
Cuando tenemos la piel de la
frente demasiado grasa podríamos
estar sufriendo debilidad hepática. En algunos casos va unida a un
exceso de sudoración en la misma zona.
Alopecia
localizada y canas
En primavera u otoño podemos
perder más cabello de lo habitual. No obstante, hay personas que lo sufren
durante largas temporadas y sin motivo aparente. Para solucionarlo es
importante observar en qué zona perdemos pelo.
Si la alopecia se localiza
en la parte central de la cabeza o incluso empieza a clarear, tanto en hombres
como en mujeres, estaría indicando un mal funcionamiento de varios órganos,
entre ellos el hígado.
Las canas prematuras también
podrían estar poniendo en evidencia al hígado y la vesícula biliar.
Problemas de visión
Según la medicina
tradicional china, el
hígado condiciona de manera directa el flujo sanguíneo que llega a los ojos.
Por este motivo, los problemas de visión podrían estar condicionados por un hígado
pobre, entre otros motivos.
Si el hígado no funciona bien,
los ojos pueden perder también su brillo natural, las pupilas podrían tener un
reflejo blanquecino y un color amarillento podría teñir tanto la esclerótica
como la zona de debajo de los ojos.
Inflamación
de encías y garganta
Muchas personas tienen las
encías inflamadas y les sangran con facilidad cuando se cepillan los dientes.
Esta cuestión está relacionada también con el hígado, así como las
inflamaciones en la zona de la garganta.
Aunque usemos dentífricos
especiales, si no
mejoramos la función hepática no solucionaremos la sensibilidad e inflamación de
las encías y la garganta.
¿Cómo
son tus heces?
Las heces también son un
indicador de salud al que no solemos prestar demasiada atención. A continuación
te decimos cuáles podrían indicarte un mal funcionamiento del hígado:
- Heces de olores fuertes y amargos y de textura pegajosa, fruto de una mala digestión y posterior fermentación de los alimentos.
- Heces duras y secas, en forma de bolitas, típicas del estreñimiento. También están relacionadas con el hígado.
- Diarreas.
- Heces de color pálido o similar a la arcilla.
- Heces que flotan, fruto de la grasa de los alimentos que no ha podido ser bien digerida.